Soy un escultor mexicano que ama trabajar con la dualidad – Germán Arzate Garza
Soy un escultor mexicano que ofrece una visión dual en obras donde convino escenas cargadas de erotismo y humanidad con elementos de lo natural/animal que me ubican como un artista mexicano del realismo fantástico.
La dualidad de la existencia humana es una constante en mis esculturas de bronce: placer-dolor, felicidad- tristeza-, hombre-mujer, soledad-compañía, amor y ruptura, temas que acompañan mi carrera como escultor mexicano.
En mi obra quiero trabajar con una marcada libertad creativa e imaginativa pero con un poco más de claridad comparada con las rupturas artísticas de la mitad del siglo XX.
Mi propuesta se ubica en la fusión de los opuestos, en su unión contradictoria que, sin embargo, gracias a la estética que me permite expresarme como un escultor mexicano entregado al concepto colocado en cada obra donde logro unir dichos contrarios en una expresión concisa usando el bronce como material expresivo.
Sin embargo, en mi exploración artística como escultor mexicano he explorado las posibilidades expresivas de otros materiales como la arcilla, plastilina, madera, mármol, metales y el acrílico.
¿Un escultor mexicano de la nueva generación?
Aunque me considere un escultor mexicano de la nueva generación, retomo siempre el elemento humano y al cuerpo en expresiones clásicas de la escultura gracias a su atención al detalle en la representación de un rostro, músculos o un cuerpo en movimiento.
Para mí lo más importante y que trato de reflejar plenamente en mis esculturas de bronce es la posibilidad de observar, soñar, trabajar exhaustivamente según mi propio ideario como escultor mexicano que trato de hacer público en las entrevistas que me han realizado con respecto a los motivos de mi obra.
Ser artista en México me ofrece la posibilidad de grandes imaginarios donde el realismo fantástico y la multiplicidad de temas que me ofrece la diversidad de influencias y culturas es una constante y como escultor mexicano, aprovecho los influjos clásicos y originales que en esta tierra legendaria han aportado Frida Kahlo, Remedios Varo, y otros nombres conocidos por la crítica mundial.
Mi obra explora con fascinación el tema del erotismo y en la relación – casi perdida en el arte contemporáneo y recuperada desde mi taller de escultor mexicano– del ser humano con su lado más animal.
La rebelión en mi estilo
Mi estilo apuesta por la rebelión pero también por integran estilos propios de la riqueza cultural como las que expresas las culturas mesoamericanas, las búsquedas chamánicas que trato de mostrar en mis obras y a lo largo de mi exploración como escultor mexicano.
Trato de representar en las esculturas de bronce la relación entre hombre y naturaleza, exploro cómo los aspectos humanos interviene en ella y con animales, plantas o incluso las estrellas.
En la escultura “Rinoceronte” expreso la unión entre la agresividad del animal africano con la realidad del ser humano. La furia de la bestia sólo se refleja una vez que ha encontrado un obstáculo en el camino y no duda en usar su arma para hacerse paso.
En esta criatura, se une la pasividad que demuestra en su vida cotidiana con la fuerza y furia que refleja una vez que se enfrenta a sus enemigos.
Para mi, como escultor mexicano, mi obra expresa esta dualidad en tres vertientes: una mística donde hablo de dualidades más metafísicas como las del hombre y sus dioses, una romántica donde el amor se observa en sus arquetipos más extremos de dolor-placer y una natural donde los seres animales representados sufren también sus propias dualidades, principalmente aquellas donde más se parecen al ser humano.
El producto de mi trabajo como escultor mexicano está en constante experimentación, trabajo con diferentes materiales y formas, busco en todo momento hacer de mis piezas objetos llenos de poesía, originalidad y significado.
El significado de mi obra
La poesía puede transformarlo todo y como escultor mexicano trato de demostrarlo al hablar del dolor en obras como “Mía” o “Dolores” donde expreso el gran duelo del desamor y la pasión que termina agotando o derrotando a los amantes.
En ellas, expreso todo el dolor que puede provocar el amor como expresión del dolor.
En la primera escultura de bronce se expresa la unión del amante que se aferra al cuerpo de la amada y en la otra, plasmo el cuerpo de la mujer expresado en lo que parece una encia gigante que trata con ironía el dolor provocado por el deseo erótico.
Siendo un artista autodidacta, concentra su trabajo en esta propuestas que unen opuestos y crean armonía entre los contrastes.
Por ejemplo, en obras como “Equs” o “Toro Negro” los animales se encuentran enfrentados en su propio dolor natural provocado por situaciones humanas como la tauromaquia pero reivindicadas en su expresión de belleza y poder ante esos dolores, tal como mi obra como escultor mexicano plasma e inmortaliza con atención al detalle.
En otras obras de bronce como “Rey del Mar” retrato el misticismo de las deidades comparándolas con el hombre cansado que duerme esperando los movimientos de las mareas.
El mundo acuático es una parte importante de la expresión de mi trabajo como escultor mexicano, por la cercanía con el mar que tiene gracias a ser vecino de las costas de la Riviera Maya.
Cuando veo a la gente mirar las obras en alguna exhibición quiero que las tocan, que las sienten, quisiera que pudieran sentir la misma sensación que yo tengo al momento de realizarlas.
He tenido la oportunidad de ser reconocido como escultor mexicano y representativo del realismo fantástico contemporáneo en algunos espacios como la Agora Gallery en Nueva York donde ofrecí una muestra diversa de mis propuesta en Febrero y Marzo de 2016.
Angela Di Bel, directora de Agora Gallery en New York, dijo unas palabras que agradezco: “seleccioné la obra de Arzate porque habla de temas que siguen fascinando en el arte: el misticismo, el amor, el dolor y la naturaleza”.
Soy un escultor mexicano vivo también una dualidad en mi arte y en la vida profesional en Cancún, Quintana Roo donde desde años hace años trabajo como odontólogo. Ser dentista es hacer escultura en chiquito.