La otra mujer

Toda mujer guarda consigo dos polos opuestos que interpretan una bella danza en distintas etapas de su vida. Ellas son la dualidad, la representación de la lujuria y la tentación, pero esta sensualidad puede transformarse como una mariposa en ternura, y someter su cuerpo nueve meses por el amor que profesa por la pequeña vida que lleva adentro. 

La mujer es compleja y llena de pesares. Ellas pueden ser tan delicadas como un pétalo, pero tan fuertes como el acero. Encarnan el deseo, pero con su manto de amor cubren a sus retoños de los relámpagos.